Con el paso de los años, es normal empezar a notar la aparición de líneas de expresión y de arrugas en el rostro. Son indicadores comunes del envejecimiento que afectan a todas las personas. Sin embargo, por muy frecuentes que sean, el deseo de mantener un cutis joven es más fuerte y, para conseguirlo, es importante saber distinguir entre ambas. Como si fuera poco, a eso también se pueden sumar las líneas de deshidratación.
Con el invierno, llegan las bajas temperaturas, el viento frío y la exposición directa a la intemperie. En esos momentos, seguro has notado cómo se reseca la piel. Pero estas líneas de expresión son tramposas y, en ocasiones, pueden confundirse con las líneas de la edad. ¿Cómo distinguir entre líneas de deshidratación y arrugas? No es complicado, solo es necesario conocer sobre ellas.
Las arrugas comúnmente están asociadas con los signos de la edad. Conforme uno envejece, el colágeno y la elastina, proteínas esenciales a la hora de proveer suavidad y estructura a la piel, empiezan a descomponerse, causando flacidez y, en consecuencia, arrugas.
Una forma sencilla de distinguir si lo que ha aparecido son arrugas o líneas de expresión o deshidratación es entender bien las causas de cada una. Las arrugas surgen cuando la piel experimenta una pérdida de colágeno y elastina desde el interior, como resultado del proceso natural de envejecimiento. Aunque es inevitable, es posible combatirlas mediante el uso de productos dermatológicos que aborden las necesidades específicas de la piel en esta etapa, como la vitamina C, la niacinamida, el retinol, el ácido hialurónico, la coenzima Q10, entre otros.
Cuando surgen líneas de expresión finas como resultado de la deshidratación, es probable que estén asociadas con factores externos como el clima, los cambios estacionales, una dieta desequilibrada, el consumo excesivo de alcohol o sal, la falta de hidratación y una rutina de cuidado inadecuada.
Estos problemas pueden ser abordados mediante cambios en los hábitos y estableciendo una rutina diaria de cuidado de la piel, utilizando los productos adecuados para las necesidades específicas de tu piel.
¿Cuáles son los signos de una piel deshidratada?
¿Tu piel luce apagada, áspera o con líneas finas más pronunciadas? Es posible que esté deshidratada. La deshidratación afecta a todo tipo de piel, incluso a las grasas, y se produce cuando la piel no tiene suficiente agua. A diferencia de la piel seca, que carece de aceite natural, la piel deshidratada necesita reponer su nivel de agua.
¿Te preguntas cómo saber si tu piel está deshidratada? Sigue leyendo para descubrir los signos más comunes y cómo puedes solucionarlo.
Picor
El viento, las altas temperaturas y la exposición al sol pueden deteriorar la barrera protectora de humedad de tu piel, dejándola seca y con sensación de picor. Por ello, es importante proporcionarle una hidratación adecuada y realizar una limpieza regular y suave que no perturbe dicha barrera.
Sensibilidad
Cuando la piel pierde su nivel de humedad, su capacidad de protección y defensa contra las agresiones externas disminuye, lo que puede llevar a un aumento de la irritación. En este caso, es recomendable utilizar productos que promuevan y retengan la humedad natural de la piel, sin descuidar los hábitos diarios de limpieza, hidratación y protección. Además, es importante mantener una dieta equilibrada que incluya una adecuada ingesta de agua, tanto a través de líquidos como de alimentos ricos en agua, como el pepino, la sandía, el melón y la piña.
Opacidad
Cuando evidencias que tu piel ha perdido su brillo y complexión natural, estás ante un claro indicador de deshidratación. En este caso, la hidratación y los hábitos de higiene vuelven a tomar protagonismo. Recuerda que la limpieza tanto de día como de noche es imprescindible para remover las células muertas y evitar que se acumulen en la superficie de la piel, obstruyendo los poros y generando una apariencia opaca y sin vida.
Ojeras demasiado marcadas
Si te has preguntado por qué tus ojeras persisten a pesar de tener un sueño reparador, la respuesta radica en la carencia de nutrientes y de hidratación. Esta combinación puede llevar a una apariencia de piel grisácea, opaca y sin vitalidad, donde las bolsas y ojeras se convierten en los principales protagonistas de tu rostro.
Arrugas y líneas de expresión
Esta es otra señal común que sugiere la carencia de nutrientes en la piel. Cuando la dermis se deshidrata, las células se deterioran y la capa superficial de la piel comienza a perder su elasticidad, lo que resulta en la aparición de arrugas y líneas de expresión, particularmente en el contorno de los ojos.
Labios descamados
El frío y el viento son grandes enemigos de la piel y dos de los principales causantes de su deshidratación. Unos de los que más lo sienten, son los labios. Por ello, es esencial que incluyas en tu bolso una vaselina o una barra de cacao y lo apliques cada vez que salgas a la calle o cuando notes los labios secos.
Pelo áspero y sin brillo
Así como la piel necesita un 10% de agua, al cabello le hace falta un 17% para mantenerse sano. No solo el frío causa deshidratación, también el uso continuo de secadores y planchas a altas temperaturas. Si notas que tu pelo está seco, carece de brillo y se cae con frecuencia, es hora de tomar cartas en el asunto. Un acondicionador, un champú específico y una mascarilla nutritiva aplicada una vez a la semana le devolverán la vida.
Como habrás notado, las líneas de expresión, deshidratación y las arrugas son dos cosas distintas, pero las segundas pueden ser, también, consecuencia de las primeras. Es por eso que cuidar la piel con rutinas diarias y contar con hábitos saludables favorecerán la desaparición de ambas.